19.2.10

NO ME VENDAS EMPANADAS CRUDAS

Estoy harta
de todas las noches
el mismo plato frío de polenta
el beso seco sobre la boca
el corazón podrido
las historias rotas
las calles vacías
la cama vacía
el mate lavado

e irme a dormir
y despertar en el mismo día de todos los días
que no promete nada, que no augura soles
y se come de un bocado a la luna.

Monstruosa es la mañana
de la cual soy una presa más.

haRRRRRta estoy
de recoger hojas secas por la calle
de hacer álbumes con ellas
de replegarme en una pared fría
de querer que un mono me baile alrededor
de hacer piruetas y malabares para no pisar la mierda
de tener que vivir haciendo magia sin varita
de matarme de a poquito todas las ganas y deseos
de quedarme, de quedarme, de quedarme...
y oxidarme por el mero efecto de chocar contra el aire.

Hartíííííííííííííííísimaaaaaaa
y de estas manos...
uffff, ESTAS MANOS!
Yo creo que me cortaría el cuerpo en pedacitos,
haría de mi corazón un licuado
estornudaría mi cerebro
vomitaría todos mis adentros.
Sí, no los quiero, no quiero nada.
Nada de esto,
esto enfermo.

REEEpodrida,
¡y no te podés dar una idea de cuánto!
Vacía me quede de tanta nada...
vacía de tanto que me escarbaron el alma.

Tengo miedo de que en cualquier momento
en vez de decir "Hola"
me salga un "la puta que te parió"
y me acostumbre
a vivir con la puteada de saludo,
a regalar caramelos vencidos.

16.2.10

QUERIDA CONCIENCIA:

Soy de otro planeta, sí... miro al mundo como si fuera una pelota al lado mío girando, veo cómo el resto de la gente se la pasa y juega un partidito entre ellos. Y yo miro de afuera, desde la banca esperando que me elijan, que sea mi turno para entrar a la cancha. Y no llega y me aburro y me voy...

Pero qué tonto y mediocre (palabra más jodida) pensar que las cosas deban venir hacia uno, acontecerle a uno, invitarlo a la vida, ser uno mismo una suerte de embudo, de ombligo del mundo; pensar que todos tenemos un espacio reservado, una butaca apartada en el cine. Qué idiota mirar al mundo por la ventana y putearlo. Subirme a un pedestal, apuntar con el dedo, ponerle etiquetas al resto y entonar como himno nacional: "Qué mal que están las cosas, ¿vió doña/don?". Como si las cosas fueran una torta de esas instantáneas.

¿Y yo qué soy dentro de todo esto, dentro de este monstruo que camina? Qué o quién me concedió el poder de tomar mi palabra como una varita mágica y con ella convertir al mundo en sapo y en príncipe a tal flaco. Cómo puede ser que me crea capaz de crear y deshacer a mi antojo, de matar o jugar con la hormiga.

¿Quién soy? Por favor... y quién carajo es usted? Mírese de vez en cuando, haga el ejercicio conmigo, nos va a hacer bien a todos. Entonces, quiénes somos? Si de creadores no tenemos nada, quién nos da el honor de hablar desde esa nada y juzgarlo todo como grandes líderes de opinión para después decir efusivamente "síganme los buenos!".

¿Qué pito toco yo en este espacio, en este mundo, en este día? ¿Y quién dirige la batuta? ¿Hacia dónde vamos gente? Con este ejército de opinólogos fallidos, de filósofos de goma, de frases hechas, de teorías inservibles por cada vaso de cerveza, de estupidez gratis que se convida cual chocolate caliente en época patria, de este batallón de doñas Rosas y dones Pepes, con esta ley del menor esfuerzo, del yo-no-fui y no-te-metás... con sencillamente zafar el día y que mañana no exista, ni siquiera sea una idea; un gran Carpe Diem malinterpretado y me cago en si mañana hay comida para alimentar tu cabeza.

Hay tanta mierda instalada en la vida, tantas fábricas de mierda, tanto negocio, tanta oferta y demanda de mierda, que yo todavía no entiendo cómo logramos vivir limpitos, salir a la calle sin mancharnos y que nuestra ropa quede intacta. Yo no sé cómo todavía mi vestido de persona no se rompió ni se ajó, que me siga entrando, lo siga usando y lo luzca orgullosa. Yo no entiendo cómo es que tengo las manos intactas y me jacto con orgullo de eso. No conozco el peso de un ladrillo, la madera sin lijar, las semillas fuera de ensaladas. Y hoy estoy tan lejana de todo lo que en realidad me define como humana. Algo perdí, algo perdió usted también en este baile a lo largo del tiempo. No quiero decirle que se alarme... pero ALÁRMESE, póngase una alarma, un sensor mental que le avise cuándo dejó de importarle el mundo y el resto de la gente; una alarma para levantar las dudas del momento exacto cuando pasó a ser robot, máquina, aparato, muñequito inflable o simplemente una puta de la calle.

¿De qué formo parte? ¿Qué carajo soy dentro de toda esta lacra? Una más? Quiero creer que no, pero sin embargo sigo el juego, anhelo que me pasen la pelota y hacer un gol yo sola aunque tenga que ser en contra.

14.2.10

21
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.
~Oliverio Girondo~

2.2.10

AGUADA

Que llueva y que cubra el alma seca
que lave, que moje y haga más blanda la tierra
aflore la vida en superficies muertas

que llene y desborde el vaso vacío
ese que siempre muestra su rajado vidrio...
que revele realmente la cara de la gente
que revuelva cabellos y los llene de peces

que me haga agua la boca y me suavice
que me devuelva una caricia
que se confundan las lágrimas

Quiero una lluvia que me transforme
ir recorriendo las calles
toda roñosa y sin importarme,
zapatillas-bote, suelas-charquito
un alma hecha cascada.

Quiero hacerme una
y limpia de todo.
Quiero bajar del cielo
en una perfecta figura
clara, cristalina,
y por mero acto de suicidio
vivir para estrellarme contra el piso.
Vencer el vértigo de caer al mundo.

Quiero contenerme en una molécula,
caer rodando una nariz,
picar los ojos de las personas
hacer acuarela sus maquillajes.