31.3.10

TE ESCRIBO

Querido _ _ _ _ _, me encanta encontrarte sin querer (queriendo) por la calle, en la facu, el subte, la plaza, etc. Me ponen muy contenta esos encuentros de casualidad, porque para mí juegan muchas cosas del estilo de lo mágico, del destino y sarasas así. Me maravillan porque pienso que demuestran una conexión más allá de lo concreto, de lo pensado, más allá de una coordinada meramente espacio-temporal. Me hace pensar que en tanto entes somos un manojo de hilos e historias que tarde o temprano vamos a cruzarlos todos, todos entre todos y con todos enredarnos (nadie se va a quedar limpio, nadie se va salvar; jodete). Y que esas pequeñas casualidades, encuentros, son muestras de que sí... efectivamente nos cruzamos, todo el tiempo, mi camino y el tuyo van para el mismo lado. Me entendés? Algo así.

Entonces cada vez que nos chocamos de esa forma, nos despegamos de la dinámica común de la vida y nos permitimos tomarnos un recreo para reírnos. Así, nos colgamos de un pedazo de mundo, lo reclamamos nuestro, lo exigimos y si hace falta nos lo robamos. Yo me lo escondo dentro de una manga y mío-mío-mío, no se los devuelvo. Por extensión te lo comparto a vos también... sólo porque me caés bien, eh!

Sencillamente me alegra cruzarme a gente que quiero por la calle, poder dilucidar en un rostro borroso y una sombra transeúnte, la cara de un amigo; entonces despegarla del tumulto de gente, darle color y voz a esa figura... y que deje de ser sólo una imagen que llevarse por delante o esquivar.

Agradezco en el alma, poder tener esos momentos, pequeños y eternos. De otro mundo pero en este.

Muchos besos!

25.3.10

VOCES COMO PIEDRAS

-Andá
-No, no. Me quedo, yo siempre me quedo, nací para quedarme y a ningún lado me voy. Soy un punto negro en la línea, siempre dentro de la línea, infinita. Yo no puedo irme, dejar las cosas tiradas acá, así. Irme es abandonar, no partir hacia un lugar.
-Volvé...
-Imposible ya, estoy demasiado lejos, tanto que no veo de dónde me fui. Además, no sé cómo volver, tampoco me dejan pasar atrás.
-Qué estás haciendo?
-Me golpeo la cabeza contra una pared invisible pero que está. Plac, plaf, pffff. Uia, alguna vez algo se va a romper en serio, se va a terminar de quebrar. La carne queda tiernita después de tantos golpes. Lista para el horno y a cocinar. Comer de una después, ni hace falta cortar, se deshace sola en la boca.
Soy un pedazo de carne... y hoy lo estoy llorando.
dicen que la distancia es el olvido

6.3.10

PENSAMIENTOS PIQUETEROS

Un ejército de pequeños seres me invaden el cuerpo y hacen una guerra dentro mío. Cada uno busca clavar su bandera y apropiarse de alguna parte del territorio. "Yo quiero una axila! Yo un ojo! Me quedo con un dedo del pie! La oreja la cantamos nosotros! Le robo las comisuras de los labios! Ey, esa era mi mano!" Y se debaten ideas, conquistas y futuros gobiernos. Algunos seres se comen unos a otros y crecen o se hacen más gordos.

Así con el cuerpo revolucionado, en plena batalla, cada parte de él sigue las indicaciones de un distinto orden. Es un re quilombo, un pie marcha para un lado y otro para el otro, los ojos se la pasan girando, las manos empiezan a caminar, el ombligo intenta ser boca y los dedos, cabellos...

Todos tiran para un lado distinto y claro, yo me voy rompiendo, desgastando. Y no soy más que un pedazo, una pieza de rompecabezas con las patitas rotas.

Este cuerpo no tiene nada de bonito, aunque cada tanto algún ser intente darle un beso y decirle que sí es lindo. Nada de pacífico: es una explosión constante, un recoger cenizas, un no cese al fuego, todo duelo, puro conflicto. Él contra sí mismo y todas sus partes. Un perro que juega a morderse la cola.
Y al final sale un sol
incapaz de curar
las heridas de la ciudad,
y se acostumbra el corazón
a olvidar.