14.9.11

EMOCRACIA

Sra Presidenta:
Me duele el corazón. Hay cosas que se rompen y no se arreglan. Los techos se caen a pedazos y un cascote es mi cabeza. Es su culpa, hágase cargo y arréglemelo. Mi gata no tiene comida... llénele el plato. La cerveza de la heladera sigue tibia y mañana dicen que va a estar nublado. ¿Me puede decir cómo arreglo el agujerito de la media? El dedo gordo tiene frío y enfrenta al mundo solito. ¿Puede ser que todavía no hayan inventado los paraguas para ojitos ni las sombrillas para tapar la soledad? Mañana no quiero caminar devuelta el Microcentro y que me pisen los piecitos con impunidad, ¡silla de ruedas para todos! ¿Y que pasa con la redistribución del amor? ¡¿Ese tema ya fue desplazado de la agenda política?! Siempre los más pobres son los que más entregan y después no tienen para comer ellos... y les comen adelante, LES COMEN ADELANTE! Esta sociedad ya no aprende de los refranes. Qué vergüenza que aún no hayan prohibido los pañuelos de tela en los bolsillos y que la gente no se tape la boca antes de putear por putear.
Yo no quiero ir a dormirme despierta y mucho menos no acordarme después el sueño. Pero, ¿por qué siento que mañana me voy a despertar a esta misma hora y voy a seguir diciendo lo mismo? Quiero otro discurso, no uno doble. Estoy harta de las dualidades, lo diálectico y lo que depende del contexto... y que al fin y al cabo, todo termine siendo una cuestión de fe. ¡Yo no la voté, YO NO LA VOTÉ!