No hay más escalón hacia arriba
en esta escalera.
No hay cómo mirar para arriba,
porque somos el piso
que tanto creíamos cielo.
Después,
más abajo miré y vi los zapatos
míos y de mis compañeros;
será que ahora que estamos solos
no hay quien deba hacernos de ejemplo.
Pensar
que pensaba
pensando que
el techo era lo más alto,
mirar que
miraba solamente
mirando por la ventana.
Pero pasa
lo que pasa
y es que todos
tenemos dos ojos
más grandes que ventanas.
Y es el comienzo del final,
el principio de empezar a terminar,
el final de terminar a comenzar.
Y es trabalenguas
lo que el orden no altera
el producto de palabras,
porque todo es un comienzo
y entre muertos están los vivos.
Al principio (o al final)
todos tienen miedo de decir una palabra
y romper el silencio (o comenzarlo).
1 comentario:
eliana quiero que te hagas famosa con este poema me gusta mucho, para mi se lo robaste a borges o a cortazar
pero bueno si nadie se da cuenta
acordate como hablabamos hace años
cuando no tengamos un mango, vamo por el sute vendiendo tus poesias y yo pongo la cara obvio negra jeje besos
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