3.7.09

ASTILLA EN LA PUNTA DE LENGUA

Qué impotencia me da
saber muertas estas palabras
y no poder dejar de articularlas
aún sientiéndolas carcomidas desde adentro.

El día que pueda escribir
la puteada justa,
el beso más tierno,
la lágrima turbia,
el recuerdo perfecto,
etc etc...
quizás pueda redimirme de la penas.

Hasta entonces
me debería quedar muda,
ahogarme en el vómito de palabras,
estornudar en mi propia cara,
pegarme un tiro
y guardar de recuerdo la bala,
llorar sobre mi foto
y empañar el vidrio.
No quiero verme. No.
Quiero romper el espejo.

Quiero ser libre, realmente
realmente lo quiero
y realmente libre.

Me quiero fuera de esta piedra
que vive dentro de este cuerpo.

1 comentario:

Octavio dijo...

Me encanto esto chiquita!! Creo que llegas a poder recrear ese magico mundo de la muerte que vaga en el misterio...besote!