26.9.13

ESPIRALES

y de repente me di cuenta de que todo me dolía
me dolía el amor, el no amor, el odio
me dolía vivir, morir,
me dolía callar, y decir
sentir

de repente me sentí un animal herido
un animal cazado
un animal atado
golpeado
en medio de un ritual violento
en donde se me pinchaba el cuerpo
y la carne sólo era el por qué de la gula del mundo
de la ambición más oral posible

de repente mi cuerpo sólo era un espacio de dolor
y no podía conciliar la paz con él,
él con el mundo

de repente no me servían más los calculos que había hecho, las fórmulas no me daban los mismos resultados. de repente ya no sabía hacer las cuentas, las medidas habían cambiado sus unidades.
de repente mi cuerpo era un blanco y el mundo un campo de tiroteo por el que pasaba. de repente era el mismo mundo el que me disparaba el alma y ella se me quería escapar del cuerpo, porque le pesaba para huír, para salvarse, para que no doliera.

de repente estaba en un callejón, en un espacio sin salida, en una trampa. un agujero hacia el que me había empujado mi propia sombra.

de repente me había caído por una escalera caracol infinita, sin poder ir en otra dirección, y el eco de los golpes me recordaba constantemente la caída. de repente mi cuerpo era solamente un objeto en pendiente, un miedo latente que no paraba de estar al borde de un grito. y el abismo no se hacía hogar, no se volvía conocido, no paraba de quemar, de aturdir.

de repente me había atropellado la vida.

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