13.6.07

AQUÍ EN MI LECHO

Hace dos o tres días que lo único que veo es la pantalla de la tele, la de la compu, la persiana baja y el cuarto oscuro. Estoy encerrada entre las cuatro paredes de mi habitación, sin embargo es por gusto más que nada... muchas veces estas paredes significan una gran salida. De vez en cuando para mi salud, tengo que aislarme físicamente y volverme eco para repensar mejor las cosas que suelo pensar, así de redundante todo ¡que valga!
Únicamente cuando estoy enferma me doy cuenta cuánto me gustaría poder controlar mi cuerpo, obligarlo a que funcione bien pero no está en mí y muy pocas veces lo está. Lo pienso una, dos, tres veces... y lo que pasa es que este cuerpo le pertenece más a la tierra que a mí y algun día va a volver a ella. Cuando se enferma lo único que hace es quedarse tirado, hundirse en el colchón.; no sé hacia dónde quiere llegar, caerse y profanarse. Es perfecto y es así, quiere volver a las raíces, a la tierra. Yo ya dije que era así.
El momento en el que caiga y se haga polvo, se entremezcle entre su tierra y abandone la sangre, ese será el último o quizás el primero. La pregunta es qué le sucede a todo eso, a todo esto.
Vuelvo a la cama, a la enfermedad tangible, la otra la lleva el alma siempre.
(limé mucha lima-limón)

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