24.8.08

ESTO NO ES AMOR

Cuanto más grande se hace uno, más chiquito se convierte todo lo que llevamos dentro. Nuestros sentimientos, nuestras historias, inclusive el tiempo se va encogiendo. Nada nos basta y todo es pequeño, es miserable y tan distante al deseo.
Con la rutina empezamos a desarrollar distintos mecanismos para no hacernos parte de nada y separarnos del resto. Aprendemos a analizar cómo querer y cuánto, medimos la duración de un beso, la humedad de los labios, el sabor ensalivado; y si no sacia las necesidades, mejor dicho exigencias, los caprichos, las características planificadas que diagramamos en cuadros conceptuales... directamente dejamos de querer. Siempre buscando una imagen a gusto, una figura construida y moldeada a nuestras manos, con la perfecta medida de cada uno de los dedos. Tratamos de controlar hasta la imagen y el cuerpo de los demás, incluso el de la persona que buscamos amar. Nos pensamos poderosos para designar la piel que recubra al ser amado y que al final, terminará siendo todo menos amado.
Y no... hay cosas que no se planean, que no siempre encajan. El amor no es mero pensamiento ni idea, el amor es pura y eterna sensación.
Pero al fin y al cabo, estas letras ya no pueden, por lo menos hoy, encontrar la palabra justa, no saben decir nada. Dicho todo esto, quieren volver atrás y darse vuelta panza arriba. Porque siempre hay vuelta y todo resta.

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