Llevo 32 horas sin dormir y contando... Estoy destruidísima y aún así las ideas me llegan más claras y frescas de lo que lúcida y despierta podría lograr. Lo que pasa es que siempre hay que tocar fondo para saber realmente cuánto hay de profundo, porque la imagen se devora las distancias.
Digo una palabra y sin importarme el resto, la repito una y otra vez. Digo "mundo" con todo lo que implica y no me hace falta desmembrarlo para darme cuenta de su inmensidad. No necesito invertirlo, dividirlo, deformarlo, atarlo a un molde, atraparlo en mis manos. Nada. Hoy me basta con sólo vivirlo para escribir la más increíble de las historias. Luego será cuestión de llevarlo al papel y su memoria. Al papel y su siempre espacio en blanco que encuentra lugar en el cuerpo, en la vida. Pero por sobre todo, no olvidar que corre sangre sobre esta tinta, que hay voz más que palabra, que hay contexto y no meros fragmentos. Que detrás, encima y ante todo, hay una persona que escribe, que dice... Que busca llegar a algún lugar y dejar de vagar en los pasillos y sus puntos suspensivos. Que busca, desea y necesita llegar a vos y que entablemos una conversación.
5 comentarios:
"no olvidar que corre sangre sobre esta tinta, que hay voz más que palabra, que hay contexto y no meros fragmentos..."
me encantó! A no olvidarlo.
besos eLi
"Lo que pasa es que siempre hay que tocar fondo para saber realmente cuánto hay de profundo, porque la imagen se devora las distancias."
Es tan cierto...
Los puntos suspensivos, aunque parezcan vagos, a veces son la catapulta de las palabras que llegan después, en esos momentos de ebria lucidez.
Extrañaba leerte. Fue mi culpa: hace mucho que no pasaba. Pero ahora vine, leí, comenté, porque sí, estás diciendo algo, y mucho.
gracias por hacerte presente :)
hablemos...
JAJAJ Y SOMOS TODOS y acá estamos.
esa nico carajito
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