esa magia
de mirar el cielo
de mirar el agua
y saberse pequeño
lleno de cosas enormes.
de ser una suerte de sinécdoque,
quizás el ansiado aleph,
o simplemente
un embudo del mundo.
pero no,
un embudo no
porque siempre nos queda algo
de todo lo que pasa.
porque siempre
nos quedamos
con de todo.
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