16.2.10

QUERIDA CONCIENCIA:

Soy de otro planeta, sí... miro al mundo como si fuera una pelota al lado mío girando, veo cómo el resto de la gente se la pasa y juega un partidito entre ellos. Y yo miro de afuera, desde la banca esperando que me elijan, que sea mi turno para entrar a la cancha. Y no llega y me aburro y me voy...

Pero qué tonto y mediocre (palabra más jodida) pensar que las cosas deban venir hacia uno, acontecerle a uno, invitarlo a la vida, ser uno mismo una suerte de embudo, de ombligo del mundo; pensar que todos tenemos un espacio reservado, una butaca apartada en el cine. Qué idiota mirar al mundo por la ventana y putearlo. Subirme a un pedestal, apuntar con el dedo, ponerle etiquetas al resto y entonar como himno nacional: "Qué mal que están las cosas, ¿vió doña/don?". Como si las cosas fueran una torta de esas instantáneas.

¿Y yo qué soy dentro de todo esto, dentro de este monstruo que camina? Qué o quién me concedió el poder de tomar mi palabra como una varita mágica y con ella convertir al mundo en sapo y en príncipe a tal flaco. Cómo puede ser que me crea capaz de crear y deshacer a mi antojo, de matar o jugar con la hormiga.

¿Quién soy? Por favor... y quién carajo es usted? Mírese de vez en cuando, haga el ejercicio conmigo, nos va a hacer bien a todos. Entonces, quiénes somos? Si de creadores no tenemos nada, quién nos da el honor de hablar desde esa nada y juzgarlo todo como grandes líderes de opinión para después decir efusivamente "síganme los buenos!".

¿Qué pito toco yo en este espacio, en este mundo, en este día? ¿Y quién dirige la batuta? ¿Hacia dónde vamos gente? Con este ejército de opinólogos fallidos, de filósofos de goma, de frases hechas, de teorías inservibles por cada vaso de cerveza, de estupidez gratis que se convida cual chocolate caliente en época patria, de este batallón de doñas Rosas y dones Pepes, con esta ley del menor esfuerzo, del yo-no-fui y no-te-metás... con sencillamente zafar el día y que mañana no exista, ni siquiera sea una idea; un gran Carpe Diem malinterpretado y me cago en si mañana hay comida para alimentar tu cabeza.

Hay tanta mierda instalada en la vida, tantas fábricas de mierda, tanto negocio, tanta oferta y demanda de mierda, que yo todavía no entiendo cómo logramos vivir limpitos, salir a la calle sin mancharnos y que nuestra ropa quede intacta. Yo no sé cómo todavía mi vestido de persona no se rompió ni se ajó, que me siga entrando, lo siga usando y lo luzca orgullosa. Yo no entiendo cómo es que tengo las manos intactas y me jacto con orgullo de eso. No conozco el peso de un ladrillo, la madera sin lijar, las semillas fuera de ensaladas. Y hoy estoy tan lejana de todo lo que en realidad me define como humana. Algo perdí, algo perdió usted también en este baile a lo largo del tiempo. No quiero decirle que se alarme... pero ALÁRMESE, póngase una alarma, un sensor mental que le avise cuándo dejó de importarle el mundo y el resto de la gente; una alarma para levantar las dudas del momento exacto cuando pasó a ser robot, máquina, aparato, muñequito inflable o simplemente una puta de la calle.

¿De qué formo parte? ¿Qué carajo soy dentro de toda esta lacra? Una más? Quiero creer que no, pero sin embargo sigo el juego, anhelo que me pasen la pelota y hacer un gol yo sola aunque tenga que ser en contra.

No hay comentarios.: