28.10.08

CÓMO PICA

ese momento en que el deseo se vuelve una realidad incesante, un abismo entre el sueño y la vida, un palpitar errante. el tiempo deja de correr y pasa a ser no más que una imagen intermitente. todo el respiro es un gran "no me queda nada" suspirado, nada delante ni detrás. quedo yo en una perfecta distancia de la nada para alienarme una vez más de cualquier otra existencia. así voy convirtiéndome en más ajena que propia, siendo un cuerpo sin fondo, una realidad intransigente. y quedan un par de palabras pasadas por agua, borroneadas por el mismo aliento con el que se dicen, y uno mismo se designa como calculadora de infinitas formas, intentos, en la imaginación. pero cuando esta no se hace corpórea muere en toda sensación, en toda piel que toca.
no quiero pertenecer al vacío, no quiero ser sin quererlo, no quiero despertarme por obligación ni buscar lo que no existe. no quiero este deseo que carcome, que irrita, que desarma. que no decide nada de lo que es. quiero querer bien.

habría que aprender a escribir, eliana...

1 comentario:

nanablanca dijo...

"no quiero pertenecer al vacío, no quiero ser sin quererlo, no quiero despertarme por obligación ni buscar lo que no existe. no quiero este deseo que carcome, que irrita, que desarma. que no decide nada de lo que es. quiero querer bien"

me tocan esas palabras... me recuerdan a mi, y a mi nada circundante... como cuando escapa de un sueño que me satura porque no es y no me deja ser... "¿Te conozco? ¿Me conoces?" Surge intransigente la pregunta, me respondo: voy a seguirte leyendo...