-¿Y qué te pensás? Que desperramar formas en el papel te va a devolver una caricia, un deseo se va corporizar; que ordenar las frases en todo tipo de construcciones va a desenmarañar y poner tu corazón en la mesa como un plato más, para cazarlo con un tenedor y meterlo nuevamente adentro tuyo... "mío y mío", retorne de una vez y deje de vagar.
Como si ponerle nombre, codificarlo en letras, amoldarlo a las palabras te fuera a hacer más fácil decirlo. Si ni siquiera es algo que viva en la garganta, es todavía mucho más profundo, entonces cómo pensar en despegarlo como si fuera garrapata...
Es difícil dividirse la piel, extirparse el corazón y guardarlo en tajadas. Poner la vida en la balanza, repartir las buenas y las malas. Seleccionar qué sí, qué no. Separar las cosas y desechar la parte enferma.
Yo me cansé de vivir mi vida haciendo espacio para algo que no llega, de vivir limpiando mi casa de extraños y mientras tanto, jugar a mirarme las manos y agradecerles que todavía no se hayan fugado de mi cuerpo.
Cómo elegir entonces, con este corazón reprodrido que tengo, esta boca ajada, estas manos torpes y ansiosas de vida, de piel cálida y sincera. Cómo saber elegir sin tocar lo primero que brille a la luz, sin juzgar ingenuamente al fuego?
Estoy harta de no poder más, de rondar siempre los mismos lugares oscuros pero conocidos.
1 comentario:
“…Si la angustia no tuviera tantos meses,
si pudiera huir de esta ciudad,
si el milagro de los panes y los peces
consiguiera darnos de cenar.
Si tuvieran corazón las autopistas,
si alguien me esperara en la estación…”
Estamos en lugares parecidos, navegamos los mismos mares de mercurio, lindos a simple vista, tentadores de tocar, puros en su forma, pero tóxicos y mortales.
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