25.2.07

TRES DE AZÚCAR Y UNA PUTEADA

Exactamente, esa es la naturaleza de este posteo, una simple crítica bien complejizada. Un comentario que quizás en otro contexto estaría de más o sería atacado por todos instantáneamente. Pero no, por suerte es acá, esta hoja que no devuelve mucho más que las letras que yo misma tipeé. Por suerte hay espacio para mí aunque yo misma sea quien escarbe la tierra y lo asiente (debería ser así siempre?). Todavía me queda algo, me quedo yo, y puedo crear porque tengo las manos casi intantactas y listas. Listas porque quieren tocar ya, no porque lo sepan hacer.
(silencio)
Ufa, ufa y ufa... dios, dios que no tengo pero que lo llamo igual; DIOS. Puede ser que todo se de vuelta e igualmente así se le pueda acaraciar la panzita a cada cosa? De todas formas, por los giros y las vueltas voy a terminar vomitándome la vida. Y quizás sea mejor, afuera que adentro... aunque yo quiero un mundo hermético y nada de ir desparramándome por ahí.
(tos y reincorporación)
Tampoco es eso, no, eso no es. Nunca... soy la contrarrestación en segundos.
(de vuelta al principio y cambio de estación)
Ahhhhhhhhhhh... mejor me hundo en el café. La canela me trae recuerdos y la espuma me hace cosquillas. Me gusta cómo se la ve flotando y que entre ella las burbujas le den un sabor a más lleno en el vacío. Me gusta explotarlas y tener el poder de aplastar la espuma hasta mostrarle que no es tan grande como pensaba. Y la cuchara haciendo en la taza, pequeñas islas independientes. Son también montañas, cubiertas de nieve, a punto de derretirse porque empieza la primavera. Uf, muchas cosas y el café se enfría. Voy a tomarlo y acabar con su mundo.

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