8.11.09

PERSONA

Se estaba riendo tanto que se golpeó la cabeza contra la mesa en un ademán de carcajada, tratando de contenerse la risa en la panza. Y se quedó quieta unos minutos, apoyada en esa superficie fría. Le daba calma, algo de ahí la reconfortaba pero esta vez no quiso calcular por qué.
Dijo "yo me quiero morir" y el cuerpo le tembló. El cuerpo se retorció, quería volver en sí, dejar de mutilarse él mismo con esas palabras. Agradeció tanto que todavía algo de adentro le dijera que no y que pudiera sentirlo. Agradeció que pudiera llorar todavía las cosas y alegrarse de ellas. Agradeció que aún así, rota en mil partes, tuviera ganas de recoger los pedazos y volver a armarse. Pero por sobre todo, fue sentir en la espalda, el abrazo de una mano distinta de la suya.

1 comentario:

Ultimaola dijo...

Estos últimos dos me dieron ganas de escuchar un tema de lisandro, uno que queda increíble cuando los pones alunisonos, te recomiendo cedas ante el comentario (“para vestirte hoy”)